Muchas personas detectan por primera vez el cáncer de piel como una mancha o lunar nuevo que se ve diferente del resto, o un lunar antiguo que empieza a cambiar. Los signos de alarma incluyen una forma asimétrica, colores irregulares o muy oscuros, bordes dentados o en crecimiento, un diámetro mayor de unos 6 mm (¼ inch), o cualquier mancha que pique, sangre, forme costra o no cicatrice después de unas semanas. Prestar atención a los “signos precoces de cáncer de piel” suele significar detectar una zona persistente, cambiante o inusual en áreas expuestas al sol como la cara, las orejas, el cuero cabelludo, los brazos o el pecho, aunque puede aparecer en cualquier parte de la piel.